COMUNICACIÓN SOCIAL: BALANCES DE UNA DÉCADA DE TRABAJO Y COMPROMISO
Se cumplen diez años de la segunda etapa de la Licenciatura en Comunicación, con las orientaciones Comunicación Institucional y Comunicación, educación y tecnologías. En estas líneas compartimos los testimonios de las directoras que ocuparon esa función hasta la actualidad.
DRA. PAULA LAGUARDA
Llegar a los 10 años de dictado de una carrera es un hito importante, porque da cuenta de una historia y de un camino transitado, pero a la vez presenta la oportunidad de realizar un balance y redefinir objetivos.
En estos 10 años, la Licenciatura en Comunicación Social se consolidó tanto puertas adentro de la Facultad de Ciencias Humanas y de la UNLPam, como en su vinculación con la comunidad. Es una de las ofertas académicas más elegidas y nuestrxs estudiantes son frecuentemente demandadxs para realizar pasantías en organismos públicos y privados.
Entre las metas pendientes, creo que debemos avanzar en el desarrollo de la investigación y la extensión en comunicación, en fortalecer la formación de posgrado del cuerpo docente y la sustanciación de concursos, y en adecuar los contenidos de la carrera a los cambios sociales y culturales que hemos atravesado en la última década, que demandan un rol crítico, ético y comprometido por parte de quienes asumimos el desafío de comunicar y de formar comunicadorxs.
ESP. PAULA PEDELABORDE
Cumplir estos primeros 10 años de la carrera demuestra la consolidación del espacio de estudio y capacitación para las y los estudiantes actuales y futuros. Es saber que podemos ir por más. Es una década ganada para la Facultad de Ciencias Humanas que apostó a la formación de licenciadas y licenciados en comunicación social para la inserción en vacancias laborales con una mirada crítica y proactiva. Contar con una oferta universitaria, con las orientaciones planificadas (Comunicación institucional y Comunicación y educación), demostró y demuestra el espíritu vivo de la Facultad y de todas y todos los que participan en este proceso: autoridades, nodocentes, docentes, graduadas y graduados y estudiantes.
Estos 10 años de la carrera muestran un crecimiento diario y constante. Organizar cada una de las cátedras, promover la carrera para sumar ingresantes, contener y acompañar en cada instancia formativa permiten afirmar que el balance es muy positivo. Pero también, llegar a 10 años invita a revisar y actualizar la propuesta. Nuestra profesión vive una evolución constante que obliga a adaptarse. Las nuevas dinámicas de producción y consumo de información nos invitan a ello. En estos 10 años crecimos, avanzamos. Logramos sumar profesionales en diferentes espacios gubernamentales, privados y de autogestión que nos permiten festejar y no bajar los brazos.
MGR. MIRIAM ÁLVAREZ
Celebrar 10 años de la carrera de Comunicación Social en nuestra Universidad Nacional de La Pampa es reconocer la decisión política que permitió visualizar una vacancia profesional y su concreción en una nueva oferta académica en la Facultad de Ciencias Humanas. Así, estudiantes de nuestra provincia y de otras provincias vecinas acceden a una educación pública, gratuita, laica, de calidad, inclusiva y diversa.
Como directora del Departamento acompañé la mitad de este tiempo en la gestión y tuve la enorme gratificación de ver, año tras año, el incremento de graduadas y graduados que alcanzaban su titulación, tras una trayectoria estudiantil fortalecida y acompañada de aprendizajes en proyectos de extensión e investigación, en prácticas educativas y en pasantías.
La expansión de la carrera mediante el Proyecto La UNLPam en Territorio permitió visualizar las necesidades de la población pampeana, acercando la propuesta a distintas localidades, y desafiar las lógicas de los procesos educativos de las distintas materias de la carrera, habilitando nuevas prácticas docentes mediadas tecnológicamente.
Hoy, el reconocimiento que se manifiesta en la demanda de perfiles desde distintas organizaciones de la sociedad civil y organismos gubernamentales, es quizá uno de los modos de evaluar el recorrido y da cuenta de una propuesta académica acorde y en constante adaptación a tiempos y contextos cambiantes en el ámbito de la comunicación.
LIC. MARIANA CORNEJO
A lo largo de estos diez años hemos acumulado experiencia en propiciar prácticas educativas propias que nos definen y se proyectan a diferentes campos. Estudiantes de comunicación junto a sus profes participan en proyectos de extensión, conforman equipos de cátedra que incluyen tutorías, adscripciones, voluntariado e inicio a la investigación que se materializan en jornadas, congresos, becas y pasantías. En cada espacio se desarrollan prácticas educativas que se legitiman en la convivencia de paradigmas no siempre complementarios, que se retroalimentan con nuevos enfoques que se acoplan a las corrientes históricas de estudios de la comunicación. La reflexión precede al análisis crítico para comprender a la comunicación atravesada por la transformación de las telecomunicaciones y por una pandemia mundial por COVID 19 que todavía busca síntesis.
Recorrer estos años nos habilita para abrir nuevos márgenes de interpretación para convocar e interpelar directamente a todos y todas las actoras que forman parte de la cosa pública. Necesitamos abordar estrategias para la producción de sentidos que apunten a fortalecer los vínculos, con apelación directa al diálogo de saberes que interpelen en clave territorial.
La comunicación social a la que aspiramos parte de la defensa absoluta e irrestricta del sistema democrático como forma de gobierno de la sociedad. La comunicación como derecho humano constituye la puerta de entrada al resto de los derechos que devienen de ese juego democrático de participación social. La profesionalización de comunicadores y comunicadoras debe estar al servicio de los pueblos oprimidos y sojuzgados que luchan por tener voz en el debate público.
Pensar una carrera para diez años más, para 20 o 50, es posicionarnos desde la idea de que todo lo que podamos aprender en este lugar, será puesto en tensión, confrontado, desafiado y, sí o sí, resignificado con la premisa de vincular las prácticas sociales, el saber popular y la experticia académica. Por eso, la carrera es un lugar para encontrarse, abrazarse y sentirse parte de un proyecto colectivo.